Cada terraza cuenta una historia. Un rincón soleado en la plaza de un pueblo, un ático cosmopolita con vistas a la ciudad, un jardín escondido bajo los naranjos. Sea cual sea el escenario, el mobiliario de exterior es el hilo invisible que conecta el espacio con la experiencia del cliente.
En las alturas de la ciudad, donde el ruido se atenúa y la brisa parece llegar antes, las azoteas de los hoteles están escribiendo un nuevo capítulo en el diseño de espacios hospitality.
Hay algo en el Mediterráneo que lo transforma todo. La luz, el ritmo, la costumbre de alargar las sobremesas sin mirar el reloj. Sea lo que sea, cuando un lugar consigue capturar esa esencia, se convierte en algo más que un espacio: se convierte en un estado de ánimo. En Resol lo sabemos bien.
Hay muebles que no necesitan llamar la atención para destacar. Su belleza está en lo simple, en lo útil, en lo bien hecho. El diseño minimalista ha dejado de ser una moda para convertirse en una forma de pensar los espacios: clara, tranquila y sin excesos.
El diseño hotelero está cambiando de piel. Atrás quedaron los interiores rígidos, impersonales y predecibles. Los nuevos hoteles boutique apuestan por espacios flexibles, emocionales y profundamente conectados con las personas que los habitan.
