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Según la Ellen MacArthur Foundation, el 80% del impacto ambiental de un producto se determina en la fase de diseño. Una cifra que, lejos de ser anecdótica, define nuestra manera de trabajar. En Resol, llevamos décadas diseñando con una idea clara en mente: lo que perdura, importa.
Desde nuestra primera silla en 1985 hasta las últimas incorporaciones al catálogo de mobiliario de Resol, todo lo que hacemos está pensado para resistir. Resistir el uso, el clima, las modas pasajeras y, sobre todo, el paso del tiempo. Diseñamos con la mirada puesta en la durabilidad, porque creemos que los objetos que nos rodean deben acompañar nuestras vidas. Y que una buena silla de terraza o un mueble de exterior puede formar parte de una historia que se alarga durante años.
Diseñar para durar es diseñar para cuidar
Esa búsqueda de longevidad empieza con el primer boceto. Cada curva, cada textura y cada material responde a una visión de futuro. Controlamos todo el proceso de producción, lo que nos permite garantizar no solo la calidad técnica, sino también nuestro compromiso con un diseño responsable. Apostamos por materiales 100% reciclables y trabajamos con plástico reciclado, tanto postindustrial como postconsumo, alargando los ciclos de vida y evitando residuos innecesarios. Porque diseñar para durar también es diseñar para cuidar.
Inspiración mediterránea para una vida más consciente
En Resol entendemos el diseño como una responsabilidad y una actitud. Inspirados por nuestra filosofía mediterránea, diseñamos muebles honestos, funcionales y serenos; piezas que respiran luz, calma y equilibrio. Que encajan tanto en espacios colectivos como domésticos, acompañando los ritmos del día a día sin imponer los suyos.
El mobiliario de exterior de Resol con el tiempo gana carácter, se adapta, envejece con elegancia. Es mobiliario pensado para vivirlo: para formar parte de las conversaciones largas, del silencio compartido, del sol que se cuela entre los árboles…
Cuando eliges Resol, eliges otra forma de habitar: más consciente, más conectado con el entorno y con los valores que de verdad importan. Detrás de cada una de nuestras sillas, mesas o sofás, hay algo que no caduca: el deseo de crear objetos que duren, que acompañen, que hablen de ti.